TODOS necesitamos a alguien.

Antes solía decirme que no necesitaba a nadie. No necesitaba tener amigos. Quería ser completamente independiente y eso conllevaba a estar aislada de todos haciendo lo que quisiera.

Luego, un día llegue a casa, y simplemente comencé a llorar, todas las noches, antes de dormir, al despertar, simplemente no podía parar. No entendía porqué.

Hasta que llegó el día que me di cuenta, que todos mis pensamientos de aislamiento, estaban siendo tan tóxicos para mi alma y que el llorar era la reacción de mi cuerpo al no realizar una de las actividades más importantes para un ser humano en su desarrollo.

 Al principio, me era complicado confiar en los demás, pero cada día trabajo en ello. 

Debemos de aprender a confiar en las personas adecuadas, contarles qué pasa por nuestra mente, hablar hasta de porqué creemos que las hojas de los árboles son verdes, ¡LO QUE SEA! pero no nos aislemos. Al final de cuentas, quien termina haciéndose daño, eres tú misma/o.

POR CIERTO, PARA AQUELLOS QUE LES GUSTAN ESTOS POST QUE REALIZO te invito a unirte a mi nuevo club PAPELENBLANCO hablarémos sobre estos temas y muchos más (aparte de los concursos).